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Ya se disponen de todos los permisos necesarios para el traslado desde el cementerio de San Juan Bautista, a falta de la financiación
Su vida siempre estuvo dominada por fechas claves. Quizás por eso despararecio de este mundo el mismo día que dio su primera misa, un 5 de enero, pero de 1957. Abatido, frustrado, retirado de la vida pública chiclanera, Fernando Salado Olmedo, Padre Salado, falleció en una residencia de San Fernando.
Por voluntades, tener como almohada de su mortaja la bandera del Sindicato de Viticultores Chiclaneros que él creo y que se usara el ataúd que se compró en su trepidante vida lleno de atentados e intentos de asesinatos.
Sin embargo, había una voluntad más que no se cumplió: ser enterrado en la iglesia del Santo Cristo de Chiclana. Un deseo que ahora verá realizado 57 años después de su muerte. La parroquia de San Juan Bautista, en una idea del párroco Francisco Aragón, ya tiene ultimados todos los trámites necesarios para el traslado, salvo el escollo importante de la financiación.
La idea es cumplir el deseo del Padre Salado como tributo y homenaje al sacerdote justo en el año del centenario del Sindicato y del bicentenario de la iglesia de San Juan Bautista.
Y es que él contribuyó a la celebración del primer centenario de la Iglesia Mayor, además de organizar los fastos de los 100 años de la Batalla de Chiclana. «Es una cuestión de justicia», como reconoce Aragón.
Por ello, desde hace meses comenzaron las gestiones con la colaboración de distintas personas como el profesor e investigador de la vida de Salado, Joaquín García Contreras, o de la actual Cooperativa de Viticultores.
La idea, como resume Aragón, es enterrarlo justo a los pies del Cristo de la Vera-Cruz, imagen a la que siempre profesó gran devoción. De hecho, ante él se inspiró en el célebre 'Yo acuso' en el que interpeló a Roma por las presiones de caciques y jerarquía eclesiástica local.
Además, durante un tiempo vivió en la casa parroquial anexa y fue el único capellán del templo que contribuyó a rehabilitarla tras años de abandono. Motivos todos ellos más que de peso para el traslado, además de lapropia voluntad del personaje histórico chiclanero.
La intención del párroco es que sea enterrado justo a los pies. Para ello, ya que no existen criptas en el templo, es necesario crear un hueco en el suelo para poder colocar los restos y una lápida a los pies del altar mayor.
Es precisamente para esta labor para la que es necesaria la financiación que se está buscando. «Ya contamos con todos los permisos a falta de eso y la idea es que el traslado se haga dentro del año de celebraciones de la Iglesia Mayor», según reconoce Aragón.
Entre los trámites, se encuentran los permisos de sus descendientes, sobrinos nietos del sacerdote. Concretamente, los restos mortales se trasladarán desde el cementerio de San Juan Bautista, donde descansan en un nicho con más miembros de su familia.
Cuando se materialice el traslado será el tercero que experimentan los restos, ya que en primera instancia fue enterrado en el cementerio de San Fernando, hasta que en los años 70 se inhuman en el cementerio chiclanero. Sin embargo será ahora, a la tercera, cuando se cumpla su voluntad.
