Miércoles Santo


Fría noche de esplendor

La Hermandad del Medinaceli procesionó durante una noche en la que el frío fue protagonista de un desfile que, como en años anteriores, deslumbró a fieles que no perdieron detalles del cortejo.
La Plaza Mayor, abarrotada de gente, esperaba en la tarde de ayer acoger una de las procesiones más esperada de la Semana Santa chiclanera. Miles de personas aguardaban impacientes, frente a las puertas de la Iglesia de San Juan Bautista, a que la Cruz Guía hiciera aparición en la calle. Fue sobre las ocho y cuarto de la tarde cuando comenzó el desfile procesional, momento en que se tornó fría la noche sin que fuera motivo para que los devotos de Nuestro Padre Jesús Cautivo cejaran en su empeño de seguir su estela.       

Numeroso público
La gente se agolpó en las proximidades de la Plaza Mayor para no perder detalle de los pasos del Cristo del Medinaceli y la Virgen de los Dolores. En este sentido, las calles Padre Añeto y Fierro resultaban aún más estrechas ante la cantidad de público que se situaba en las aceras de esas vías. Además, también fue especial el desfile procesional a su paso por las calles de la Banda, una zona en la que miles de fieles arroparon a los titulares de la cofradía del Medinaceli. Asimismo, otro de los momentos más emotivos se registró frente al Convento de las Hermanas de la Cruz. 

Devotos
Los pasos del Cristo de Medinaceli y María Santísima de los Dolores eran seguidos por cientos de devotos en penitencia junto a los sones de la Banda de Tambores y Cornetas Fundación Zoilo Ruiz Mateo, de Rota, y Maestro Enrique Montero, tras el palio. 
   
Estampas
La Virgen de los Dolores lució su restaurada salla del siglo XVIII bajo la admiración de hermanos cofrades y fieles. Además,  el recorrido por el centro de la ciudad también aportó unas bellas imágenes, sobre todo a su paso por las calles La Plaza y La Vega.

Redacción: Diario de Cádiz 

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